viernes, 12 de febrero de 2010

EL TRANSPORTE PÚBLICO

Es tiempo de reglamentar las características de chofer del transporte público, como: no sentarse al volante con una “copita” de alcohol y su higiene personal. Los sindicatos y federaciones del ramo junto a la Dirección de Tránsito deben capacitar y tomar exámenes a los afiliados sobre relaciones humanas. Revisar periódicamente el estado físico de los vehículos y la comodidad que deberían brindar a los pasajeros, retirando de circulación los coches viejos.
Entre tanta deficiencia, la mayoría de los choferes del transporte público no hacen caso de la señal de “pare” de los menores porque “pagan escolar” y prefieren transportar a quienes darán más ganancia, craso error de esos señores, debido a que los pequeños deben llegar a tiempo a sus establecimientos educativos o a sus casas, si pierde una movilidad tendrá que esperar como mínimo diez minutos más, lo que le significara atrasarse ya sea en la ida o la vuelta. Todo dependerá del grado de instrucción de esos señores y desgraciadamente las autoridades de Tránsito vigilan solamente aquellos colegios de “importancia” y que además subvencionan a ciertos agentes, pero en las rutas alejadas del centro, especialmente en las interprovinciales hay demasiado abuso. Si la policía no abastece los ciudadanos debemos constituirnos en vigilantes activos tomando nota de las características de la movilidad o anotando la placa y denunciando a la Policía, Bomberos o al 110. Las denuncias por teléfono tienen que ser aceptadas ya que en algunos casos solicitan que el denunciante se apersone en las oficinas de Tránsito que queda demasiado lejos para muchos.
Reiteramos la responsabilidad de las Federaciones y Sindicatos de transportistas el deber que tienen para con sus afiliados. No solo dedicarse a los festejos propios de su institución sino a brindar un mejor servicio a la gente que tiene que aguantar los caprichos, incomodidades y desplantes de los choferes. El defensor del pueblo junto a la Brigada Protectora de la Niñez y de la Adolescencia tiene la obligación de realizar campañas al interior de las organizaciones del transporte en pro de los escolares. XXX

LA MERCED

Durante años estuvieron botadas, por doquier, las piedras labradas del colonial templo de “La Merced”, que estaba en la calle Sucre y 25 de mayo. Uno de los Alcaldes, con “visión de futuro”, mandó derribar dicha obra arquitectónica. Ahora esas piedras volvieron a cobrar “vida”, como uno de los mejores regalos que recibió Cochabamba en su bicentenario. Piedras recuperadas de diferentes parajes de nuestra ciudad, quedaron artísticamente colocadas en la capilla “La Merced” de Alto Temporal. Retornan a ser testigos de la moderna Cochabamba después de ser espectadores de los levantamientos contra los españoles, con la imagen “combatiente” de la Virgen de la Merced que acompañó a las mujeres luchadoras a la colina de San Sebastián para enfrentar con lo que podían a las tropas de Goyoneche.
Los vecinos de Alto Temporal deseaban contar con una capilla, porque sus cultos dominicales lo realizaban en casa particular. El párroco de la Recoleta, P. Fernando Rojas, recogió el pedido de la gente y se pusieron manos a la obra, en un terreno cedido comenzaron las obras y poco a poco iba surgiendo esa casita de Dios, corretearon en los trámites para recolectar las piedras que se estaban perdiendo en el olvido para ser insertadas en forma de arcos y otros. El interior de la capilla se aproxima al tipo colonial, la ornamentación está concebida para armonizar con la fe de las personas y las piedras labradas en la época colonial.
El último domingo de Enero fue “dedicada” a Dios, el Párroco bendijo el altar y los ambientes, un altar sobrio con una puerta de ésa época como ornamento frontal. Los vitrales ayudan a elevar el espíritu hacia Dios y a la madre de Jesucristo, Patrona de Cochabamba.
Es un ejemplo para todos nosotros, que nos llenamos la boca con volver a nuestras raíces pero alejándonos cada vez más de ellas. Debemos agradecer a Dios y felicitar a quienes ayudaron en esa obra, especialmente al Padre Rojas por su exquisito gusto en el manejo del arte sacro y por devolverles protagonismo a esas piedras de la antigua La Merced. XXX

lunes, 1 de febrero de 2010

AMENAZA Federico Escobar Álvarez

Cuando el Gobierno se propone regular los medios de comunicación hay malestar en una parte de la población. Sabemos que la ley de imprenta de enero de 1925 ha sido superada solamente por la aparición de nuevos sistemas de difusión, en lo demás está bien. El anuncio de “regular a los periodistas” parece destinado a eliminar el pensamiento de la oposición o la conciencia crítica, que el deseo de normar un trabajo, especialmente después de escuchar las declaraciones de algunos ex ministros de Estado que tienen sed de “venganza”. También hay temor cuando el Presidente Morales manifiesta “para que no mientan”, que mueve a interpretar: la adulación llegaría a ser “verdad” y el control social sería la “mentira”. La historia muestra que es imposible uniformar el pensamiento, escoger ese camino es simple y llanamente buscar que los medios aplaudan cuanto se les ocurra realizar a cualquier Gobierno. La Ley ya tiene los recursos necesarios para sancionar la calumnia o la difamación. La Constitución en su capítulo siete habla de los Medios de Comunicación, especialmente en el Art. 107 y sus incisos correspondientes, traza el rumbo, faltaría la reglamentación pertinente sin “amenazas” que tan solo muestran cierto afán de uniformar la noticia con alabanzas al accionar gubertnamental, lo que no condice con un Estado democrático. Ya vemos lo que pasó en Cuba, donde todos los que piensan diferente llenaron sus cárceles o lo que sucede en Venezuela, donde el cierre de una emisora de opinión diferente al presidente ocasiona muertos.
No habría Estado si todos pensáramos igual, además las autoridades llegarían a realizar acciones en contra la sociedad uniformando el pensamiento, sin un adecuado control social. Entre otras cosas la corrupción y el narcotráfico campearían en nuestro medio, por lo dicho estamos llamados a defender la libertad de prensa y de decir lo conveniente de manera libre y sin tapujos. Aprendamos de los errores de muchos dictadores para no caer en sus totalitarismos. Ante todo: libertad de pensamiento y expresión. XXX