jueves, 22 de octubre de 2009

RECONSTRUCCIÓN DE MASACRE - Federico Escobar Álvarez




Según informaciones de prensa la defensa del Prefecto depuesto de Pando, habría pedido la reconstrucción de la masacre en Porvenir (Pando). Es tiempo de encontrar la verdad y juzgar a los culpables, especialmente a quienes actuaron “detrás de bambalinas”, como sucede en el teatro. Debe reconstruirse esos hechos desde sus orígenes, comenzando por su concepción maquiavélica, pasando por los planes previos del hecho en Riberalta, revisar el apoyo logístico brindado desde esferas del Gobierno, sin conocimiento del Presidente, realizar una reconstrucción en Porvenir y solo de los hechos en esa localidad es sesgar la investigación, porque ahí actuaron solo los ejecutores de las órdenes desde altas esferas, las que se tapan muy bien haciendo resaltar solo los actos de los opositores. Si no se analiza las reuniones en Riberalta, principalmente, de uno de los ministros del Estado, es volver a mentir a la población igual que se lo hizo con la propaganda de supuestas personas baleadas en uno de los ríos de gran caudal en esa época del año y que parecía más un cuadro de bañistas circunstanciales en otro rio menos caudaloso. Estamos en el derecho de saber las causas por las que marchaban campesinos desde poblaciones benianas a Cobija, qué tenían que hacer los normalistas que acompañaron a los campesinos, quienes les obligaron a plegarse a la marcha campesina, quienes arengaron a los campesinos cuando quisieron retroceder en su propósito y les obligaron a provocar a la gente que deseaba impedir el paso hacia Cobija. Quienes eran los que dirigían constantemente por celular o equipos manuales de intercomunicación. Hay muchas más preguntas que tiene que aflorar de esa reconstrucción. Además el derrocamiento del Prefecto Fernández y su detención tiene visos de ilegalidad porque uno de los planes del Gobierno fue el de deshacerse de todo Prefecto opositor “por las buenas o las malas”. Esa reconstrucción de la masacre de Pando no deberá asemejarse a la farsa de ONASUR, debe servir para descubrir la verdad, porque los verdaderos culpables siguen sueltos. XXX