martes, 31 de agosto de 2010

DEBEN SER JUZGADOS Federico Escobar Álvarez

No hay nada mejor, para incentivar la confrontación, que la ceguera y sordera oficialista, esa terquedad que caracteriza a quienes se suben al carro gubernamental, cuya “verdad” tiene que imponerse a la vivencia real. Eso pasó en la movilización potosina. De parte del Gobierno: inasistencias a las mesas de diálogo, no utilizaron los canales correctos para motivar e invitar al diálogo, bastó, para ellos, una declaración a los medios televisivos y pensaron que era suficiente para que los potosinos acudan a un encuentro, lo que no es real, porque nadie está obligado a mirar la TV para “sentirse” invitado o no a cualquier actividad. Los gobernantes demostraron miedo irracional, aquellos ministros que no quisieron ir a Potosí a solucionar el conflicto, que perjudicó a mucha gente, ocasionó la muerte de dos criaturas, el bloqueo les impidió llegar a un hospital, aunque para algunos ministros el hecho es irrelevante, pese a que se trata de seres humanos con derechos. El Presidente del Estado Plurinacional, antes no temblaba a las movilizaciones sociales, pero hoy le tiene pavor. ¿Será la investidura? El Presidente debe estar cerca a la gente y no lejos. El conflicto de Potosí hubiese sido solucionado a las pocas horas de iniciarse, pero los palaciegos manifestaron que se trataba de una movida del alcalde potosino, craso error. En reiteradas oportunidades el ministro que vive en otro planeta, cometió desaciertos que llevaron a la confrontación en Caranavi y centros mineros, aunque la justicia politizada y oficialista lo excuse de responsabilidades, el pueblo lo incrimina.
El Presidente debe contactar más con la gente, como cuando era diputado y obedecer menos a su entorno, quienes no encaran los conflictos con honestidad al contrario los incentivan. Con esa clase de ministros nunca habrá cambio. Los ministros deben renunciar por incapaces para solucionar conflictos y sean juzgados por actos en contra de la humanidad y responsables por todos los daños que pudo ocasionar la movilización potosina y por sus desaciertos ministeriales.
XXX

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