viernes, 18 de septiembre de 2009

ENSEÑA PATRIA Federico Escobar Álvarez

Dentro las discusiones sobre la tricolor y la de siete colores, las Fuerzas Armadas tienen la palabra final para dirimir, ya que ellos son los sacerdotes del culto patrio. Pero la verdad obliga a deshacernos de muchas mentiras y falacias con las que nos envuelven. Además es perder el tiempo igualar nuestra enseña patria, Rojo, Amarillo y Verde, con un símbolo patrio que no va más allá del significado que los pueblos aimaras le den. Es un símbolo sectorial, de determinados grupos, impuesto por la Constitución, que no representa a todos los bolivianos como la Tricolor Nacional, pese que a muchos nos disgusta los nacionalismos y sus fronteras por ser excluyentes, solicitamos a nuestra autoridades leer más sobre el origen de la Wiphala sin endilgarle o darle “poderes” que no las tiene, especialmente para los quechuas, que si queremos hablar de nuestros ancestros o antepasados, pues estudiemos lo referente a ellos para hablar con propiedad y no lanzar estulticias y mentiras a diestra y siniestra, además de opinar sin convencimiento.
Por mucho que se lance un Decreto sobre el uso de la Wiphala, que la respetamos, como símbolo patrio, por representar solo a la nación aimara y a las organizaciones sociales del occidente del país, deberíamos actuar con racionalidad y objetividad para izarla junto a nuestra tricolor, como lo hacen algunas autoridades, especialmente de las que quieren agradar al actual Gobierno sin conocer a fondo la verdad de las cosas. Los niños preguntan, los símbolos patrios como la kantuta, el patujú o la escarapela ¿por qué no se las iza junto a la enseña patria? Transfiero la pregunta a los que se llenan la boca justificando la iza de la Wiphala junto a la Tricolor nacional. Eso de que antiguamente o que nuestros ancestros, no la pasamos, queremos explicaciones científicamente respaldadas por la verdadera historia sobre la utilización de los cuadriculados multicolores no la que nos impusieron los sociólogos formados en la modernidad y la emoción del voluntarismo partidista en la dinámica social de los quechuas frente al etnocentrismo aimara. ¡Jamás la Wiphala junto a la Tricolor Nacional! XXX

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