miércoles, 14 de julio de 2010

TIENEN DERECHOS Federico Escobar Álvarez

Con declaraciones de funcionarios de gobierno, del CONAMAQ y las amenazas de los cocaleros, los pueblos originarios del oriente sufren el marginamiento y se enfrentan con la cruda realidad de que fueron utilizados para lograr apetitos electorales y nada más. En cuanto los originarios exigieron el permiso de exploración de petróleo por compañías venezolanas en el Norte de La Paz, comenzó la discriminación. “Hay comunidades de solo mil habitantes” y otros argumentos que tratan de descalificar la marcha de los pueblos del oriente cuyas tierras se ven amenazas por los arboricidas, petroleros y otros.
Pareciera que todo tiene que favorecer al Gobierno y no al pueblo, por muy pequeño que sea. Los cocaleros casi tienen saneados sus propiedades, pero no así las naciones reconocidas por la Constitución Política del Estado. Muchos leyeron la CPE pero no la entienden, incluyendo a muchos que elaboraron dicha Constitución, que costó vidas y enfrentamientos entre bolivianos profundizando la división en el país. Es importante que los gobernantes dejen de viajar y bajen a dialogar con ésos pueblos y atiendan sus necesidades.
Toda verdad es calificada de “injerencia norteamericana” o “acciones de la derecha”. La verdad, no tiene color partidario. No solo lo que favorece al Gobierno es “bueno” y todo lo que emerge de una supuesta oposición es malo. La Ley debe ser igual para todos.
El ser humano, aun en la minoría merece el respeto por la dignidad de mujer u hombre, las autoridades no pueden minimizar esas acciones. Ante las amenazas de los cocaleros de que no permitirán el paso de los marchistas por “su territorio” el Gobierno está en la obligación de disuadir esa postura y hacer comprender a esos señores el derecho al disenso y las manifestaciones por mejorar su calidad de vida. XXX

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