domingo, 14 de agosto de 2011

COBROS INDEBIDOS Federico Escobar Álvarez



Las autoridades, especialmente el Defensor del Pueblo, tienen que intervenir en las cárceles y convertirlas en centros de rehabilitación en lugar de constituir antros donde el abuso y la inhumanidad campean. Quienes ingresan a esos recintos tienen que pagar un alquiler por el espacio que ocupan, los nuevos reciben palizas de “bienvenida” y para cualquier diligencia es mediante el “reconoceré sus servicios” que consiste en pasarle un monto de dinero. Tenemos que hacer una diferencia entre los cobros que realizan los propios internos del penal como el de algunos policías. Esto simple y llanamente es coima, penado por nuestras leyes, difícil de tener pruebas salvo el testimonio de quienes sufren esos atropellos.
Comentando el hecho con un oficial de la Policía este se molestó y conminó a denunciar mediante la prensa, sin informar a qué oficinas se puede recurrir para sentar la denuncia, haciendo sentir al informante que estaría cayendo en el delito de complicidad de dichos actos al no denunciar. Es de dominio público las arbitrariedades y abusos que se cometen en el campo de la justicia, especialmente de quienes se encuentran en calidad de presos, muchas veces denunciados sin ningún resultado. Dentro las cárceles se han constituido clanes o grupos de poder quienes en concomitancia con algunos uniformados realizan los cobros y como pruebas nos remitimos a los bienes que poseen algunos detenidos sin tener una fuente laboral o la de ciertos policías, que con el poco sueldo que ganan, difícilmente podrían tener lo que poseen aunque toda la familia tenga fuentes de ingresos económicos.
Las autoridades están llamadas a realizar auditorías a los policías para determinar el cómo generan o generaron sus pertenencias especialmente los automóviles con los que cuentan y otros bienes. Es verdad que por todo servicio se paga pero esto podría darse cuando realizan trabajos ajenos a su ocupación. Esto no quiere decir que todos sean de ésa calaña, ya que hay presos que subsisten realizando trabajos de diferente índole en los talleres existentes dentro las prisiones, inclusive lavando ropa. Pero eso de vivir de los “alquileres” de los nuevos presos es inadmisible. Pregonamos que los presos no perdieron su situación humana, si bien perdieron sus privilegios ciudadanos, entre pares no deben esquilmarse como tampoco cometer los abusos como las golpizas, las violaciones homosexuales, los asesinatos o los intentos de asesinato, las amenazas y otros actos de lesa humanidad. Se debe dar una solución al problema y modernizar el sistema carcelario, rehabilitando al reo para reinsertarse en la sociedad. Las autoridades deben investigar los casos de corrupción en las cárceles y sus guardianes. XXX

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