domingo, 14 de agosto de 2011

OTRA FARÁNDULA Federico Escobar Álvarez



No comentaremos el desembolso del Banco Central de Bolivia de más de 68 millones de las Reservas Internacionales Netas a favor de la nacionalizada YPFB, para desaparecer en su empleomanía, mientras llenan de declaraciones a los medios que para ese uso convocarían a un referéndum, tampoco reclamaremos de otros préstamos que desaparecen en Yacimientos. O la invención de etnias con la finalidad de obtener votos. Hay mucho atrevimiento gubernamental y poco o nada de control social por miedo a represalias.
Preferimos comentar de las distracciones que inventan y suceden por imprevisiones de quienes usufructúan el poder. Nuevamente nos convocarán a perder el tiempo en largas filas para acceder al invento de Antonio Costas, que dirigiría el Servicio General de Registro Ciudadano, para obtener el nuevo Documento Único de Identificación (DUI). Aquellas personas a quienes el Estado les concedió el Carnet de Identidad con validez indefinida en qué quedarán, porque ningún organismo, de manera legítima, puede cuestionar un documento de identificación brindado por el Estado, sin poner en riesgo todos los demás certificados que acumuló a lo largo de su vida. El número del Carnet es parte de la personalidad, costó mucho tiempo registrarlos en los documentos de toda una vida, para que venga un “inventor” entusiasmado con la cibernética, el espionaje y anularlos al darnos otro nuevo. Que empiecen con los recién nacidos y formen una generación nueva con el DUI, no joroben a los viejos a quienes se les obligará a formar filas con interminables esperas para recabar otro número en un nuevo cartón de identidad, además con un chip que servirá inclusive para seguir los pasos del usuario vaya donde vaya y espiar todas sus actividades, igualmente para otros intereses en beneficio de los gobernantes de turno y no de la gente. Ese documento DUI se complementará con el satélite boliviano (otro gasto insulso) con lo que se perfeccionará el círculo de espionaje a los bolivianos.
Es una lástima que Antonio Costas dedique su tiempo y formación a crear posibles cambios cargados de sospechas, probablemente ese proyecto le sirvió para candidatear al cargo en el nuevo sistema, que tarde o temprano también podrán clonarlo chip y todo. Para anteriores elecciones ya se hizo el registro biométrico “permanente”, suficiente para construir una base de identificación y registro de ciudadanos, el resto son paparruchadas y gastos inútiles. Mientras en otros países la identificación comienza el momento del nacimiento sin perder tiempo ni dinero en papeleos burocráticos o cambios de registro y menos con un cartoncito, en el nuestro nos debatimos en el desacierto de nuestros gobernantes y sus adulones. XXX

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