domingo, 10 de abril de 2011

CUMPLEAÑÓS DE CRISTO Federico Escobar Álvarez

Faltan pocos días para la Navidad, celebramos el cumpleaños de Jesús de Nazaret, líder de escasas vidas. Pocos valoran el sentido y la trascendencia en la temporada de preparación para recibir a ése Cristo Liberador. En esta época las calles están llenas de mujeres y niños pidiendo limosna, son el otro Cristo que espera una ayuda de quienes recorren las calles desesperados por la compra de regalos, es una fiesta demasiado materializada y netamente consumista. La mayoría de esos pedigüeños son del Norte potosino y otras zonas empobrecidas por la mala cosecha y la politización del agro donde los campesinos están atentos a la convocatoria de su Central para acudir a algún acto oficial de resonancia política para el gobernante de turno, sin ninguna trascendencia para sus vidas, siguen utilizados como peldaños de una escalera. El Presidente Morales está más dedicado a salvar el ecosistema mundial, sin tomar medidas para la dinamización de la economía en las zonas expulsoras de humanos por la miseria y la falta de trabajo o de insumos para que la tierra rinda. La culpa la tiene el fenómeno “niño/niña”, es muy fácil cargar a un fenómeno natural que a la ausencia de políticas de desarrollo e incapacidad técnica.
Llaman “seguridad jurídica”, según su propaganda, al ordenamiento de las disposiciones y no así al respeto de empresas, sin “nacionalizarlas”, que asustan a los inversionistas por el incumplimiento de la ley, ocasionando inseguridad jurídica, por la falta de trabajo y políticas agrícolas están con la mano extendida, siempre estarán excluidos los pobres, a quienes hacen creer que tienen parte en un gobierno que sigue con las prácticas de viejos sistemas neoliberales, como el nepotismo, el clientelismo partidario, la coima, la improvisación y otras desgracias que influyen en la dinámica económica que pretenden dinamizar con discursos y declaraciones alejadas de la verdad y la realidad.
No debemos contentarnos con brindar una taza de chocolate con pastel a los pobres de la calle, tampoco con bañarlos en plena plaza pública, ese asistencialismo se disipa en pocas horas. Encontremos soluciones reales y permanentes para toda la gente, para que el cambio tan cacareado realmente suceda, dejen de satisfacer el clientelismo partidario y la improvisación en la gestión pública, donde la reforma educativa se la hace desde una visión andina sin tomar en cuenta las naciones originarias del oriente que también tienen derechos. Hagamos, en éstas Navidades, nacer en nuestras vidas a Jesucristo verdadero transformador de vidas, acojamos al auténtico revolucionario de toda época: a Cristo, disminuyamos la pobreza cumpliendo su palabra a cabalidad. Esperar cambio de los políticos es pura fantasía. XXX

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