domingo, 10 de abril de 2011

TRASLADARON LA ESCUELA Federico Escobar Álvarez

Sabemos que la Escuela de las Américas en Panamá, del ejército norteamericano, era un centro de entrenamiento “al límite y eliminación del enemigo”, muchos la tildan de “Escuela de Asesinos”. Da la sensación de que esas prácticas antihumanas e inconcebibles, en una sociedad civilizada, se trasladaron a Sanandita, Tarija, creando la “Escuela de Cóndores Bolivianos” de donde egresan “satinadores”, ¿por qué y para qué? Solo para competir.
Estamos anonadados de que nuestras Fuerzas Armadas entrene para aguantar situaciones increíbles que hoy en día ya no se dan en una guerra convencional, porque este concepto cambió, existe armamento y maquinaria más sofisticada. La concepción de guerra en el mundo es diferente a la que manejamos en Bolivia, pero nosotros seguimos con el tema de la resistencia corporal, la humillación, la enajenación del soldado, entrenándolo para ser un perdedor porque las instrucciones están orientadas a “soportar” las torturas, desde choques eléctricos hasta la sobrevivencia a una “sesión de té”. Nos preguntamos ¿dónde y cuándo la aplicarán?
Muchos de los que hicimos el servicio militar obligatorio aprendimos a defender nuestra tricolor la que se iza con el himno nacional, pero actualmente se la iza junto con la wiphala, los que fuimos formados en aquella disciplina, con trotes, castigos y ejercicios inhumanos ¿qué hacemos para obligar respeto a nuestra tricolor? Nada. Hasta los generales aceptaron esa deshonra a la “sagrada” enseña patria además adoptaron el alarido de guerra de un otrora enemigo, hasta se declaran “socialistas”, concepto opuesto al espíritu de cuerpo militar, vaya paradoja.
Es aceptable que haya muertos en confrontaciones con un enemigo, pero un asesinato provocado al interior de un cuartel, contra un compatriota y además camarada, es inadmisible. La muerte del subteniente Poma por “una brutal golpiza” en Sanandita, tiene que ser investigada y sancionar a los responsables con el rigor de la Ley, además deben cerrar esa “escuela de asesinos” que los gringos trasladaron a nuestro suelo.
Los militares tienen sus propias leyes, su propio tribunal de justicia militar y otras cosas, si hablamos de un cambio en el país tenemos que cambiar la beligerancia entre semejantes y el Gobierno tiene que terminar con esa actitud de discriminación del militar al resto de la gente, la justicia tiene que ser única. Toda verdad molesta y para ello hay justificativos y eufemismos que muestran ineficacia.
Miremos la instrucción que se da en los cuarteles y tendremos las mejores pruebas. Reformemos la visión y misión de los militares. Las Fuerzas armadas deben responder a las necesidades y realidad del Estado boliviano no así de los gobiernos de turno. XXX

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