TENEMOS CAPACIDAD Federico Escobar Álvarez

El Estado plurinacional tiene varias realidades que muchos bolivianos desconocemos, sabemos de su existencia por referencia. Desde esa perspectiva causa extrañeza la noticia: “Cuba apoya cambios en tres niveles de la educación”, difundida en un periódico de circulación nacional. Nos preguntamos qué y cuánto saben, los caribeños, de nuestras realidades, para pretender ayudarnos en la implementación de las reformas educativas. Existe tanta petulancia por la descolonización, pero para “implementar” nuestro sistema educativo, tenemos que buscar colonizadores culturales, sin considerar lo que tenemos dentro, especialmente en los trabajos de cambio curricular y de estructura ejecutado en diferentes unidades educativas de Fe y Alegría, no es posible desestimar ese esfuerzo e inversión de recursos en reuniones, experimentos y conclusiones que superan cualquier “apoyo” que los cubanos podrían realizar. Es una intromisión foránea en nuestro deseo de formar habilidades para responder adecuadamente a los desafíos de las realidades del país.
El Gobierno boliviano “firmó tres convenios con su par cubano”. Lo que significa que nuestro proceso de cambio está supeditado a un pensamiento extranjero y totalitario, como es el de la Habana, pese a que existen muestras de su inclinación al sistema de mercado capitalista, al que llegaran tal como lo hicieron otros países socialistas. Hay incapacidad para detectar técnicos bolivianos para implementar la reforma de la ley Siñani-Pérez. O, tal vez, es desconfianza en el profesorado nacional, lo que deben aclarar. Además explicar por qué las instituciones públicas están plagadas de personal cubano o venezolano. En las concentraciones, preparadas por los oficialistas, son más las banderas cubanas y venezolanas a las que le pegan por casualidad nuestra tricolor o la wiphala, como no alcanza en las manos de la gente, tanta banderita, priman los emblemas de los países caribeños. Es demasiado sometimiento al neocolonialismo, por mucho que disfracemos de que los “pueblos latinoamericanos somos de un solo sentir”, lo que es una falsedad, como afirmar que la coca es sagrada.
Nuestros gobernantes están en la obligación de indagar entre los bolivianos aquellos capacitados para implementar la reforma educativa sin sometimiento a ningún país por muy “socialista” que sea. Nuestras realidades son diferentes y desde ellas tenemos que trazar los lineamientos de la reforma, partiendo desde una realidad concreta, por ejemplo, desde la visión de los Itonama, plantear las líneas pedagógicas útiles a esa gente en su formación para que alcancen el desarrollo integral, porque los caribeños, estamos seguros, no tienen ninguna estrategia pedagógica para ellos. XXX