domingo, 5 de julio de 2009

BASTA DE CARNAVAL - Federico Escobar Alvarez

Muchos se resisten a terminar los carnavales, pero finalizaron... Solo tres días de permisividad fiestera, otrora, era para que la gente ingrese en una etapa penitencial de cuarenta días de reflexión personal y conversión, una especie de despedida de la carne antes de la Cuaresma. La cosmovisión andina que se pretende dar a Carnavales no coinciden con la práctica agrícola de valles y llanos orientales debido a la diferencia en sus ciclos. Ahora somos un Estado laico, pero con prácticas religiosas que salen desde el Palacio Quemado con sabor a “religión oficial”, no habíamos sido tan laicos como pretenden nuestros Gobernantes. Tenemos ataduras a “algo” sobrenatural llamada Pachamama, quienes no creemos en ella estamos mal parados, al igual que las naciones y pueblos indígena originario campesinos del oriente. El sahumerio que se hace, la k’oada, es netamente aimara que nada tiene que ver con el valluno oriental o con el habitante de las sabanas y selvas amazónicas, allá se vive la abundancia, sin ofrendar a dioses o diosas.
Estamos llenos de símbolos y tradiciones mal aplicadas, ése atavismo conduce a nuestros gobernantes a no asumir con valentía sus errores y buscan culpables de sus desaciertos. Como acusar a la CIA de la corrupción en YPFB, o de masistas en otras oficinas. En sus conciencias conocen el delito que cometieron pero “exigen” una seria investigación, en lugar de aceptar con valentía la culpabilidad de sus acciones. Pareciera que están buscando el beneficio de pocos llenándoles los bolsillos de buena cantidad de dinero. Los militares que juraron defender la tricolor nacional, permiten que se ice, cual bandera nacional, una wiphala que representa a organizaciones sociales pero que en nada representa a los quechuas vallunos, guaraní, tacanas y otras etnias orientales, pero permiten que se hice al igual que nuestra “sagrada tricolor”, violando el juramento que hicieron al egresar de sus institutos militares. Acciones derivadas de la corrupción y la idiosincrasia carnavalera en la que vivimos, Tenemos que acabar con ese carnaval.
XXX

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