domingo, 5 de julio de 2009

CREENCIAS SIN PAGO - Federico Escobar Alvarez

Ocasiona incomodidad y hasta vergüenza eso de que “luchadores por la democracia” pidan resarcimiento económico al Estado por los agravios sufridos en el periodo de su lucha, aunque haya intentos de ley. En diferentes gobiernos dictatoriales muchos bolivianos y bolivianas luchamos por la democracia y el imperio de la justicia como también para que los indios tengan voz y lleguen al poder. Algunos que ahora participan del Gobierno eran todavía mozalbetes, algunos que muestran furor revolucionario no conocieron las detenciones de paramilitares y otros “privados”, menos las torturas en diferentes carceletas. La lucha y la humillación no se pagan con nada, pero tampoco aquel que luchó por una causa justa se afiliará a sindicato alguno para exigir compensación pecuniaria. De ser así ¿podrían devolverle la vida a la entonces universitaria Köller? o ¿aliviarle los sufrimientos por las torturas que los esbirros integracionistas realizaron en su frágil humanidad? Esos no faltan en ningún gobierno.
Son varios quienes reclaman que el Estado les pague su “lucha por la democracia”, exilios y torturas. Los únicos con derecho pleno de recibir pago por combatir son los ex combatientes de la Guerra del Chaco y nadie más. Los “combatientes” en Ñankahuazú (1967) participaron en una guerrilla, quienes lucharon “por el gas”, “el agua”, “la democracia” suponemos que lo hicieron por convicción y no necesitan ningún pago económico, solo la satisfacción de haber cumplido con una ideología que motivaba nuestro accionar. Nos metemos en cualquier lucha conociendo los riesgos que corremos. Sabemos a qué nos enfrentamos. Pidiendo resarcimientos los colegiales y universitarios exigirán que el Estado les pague un sueldo mensual por estudiar, lo cual es hasta jocoso.
Seamos coherentes con nuestras acciones. No es cuestión de mostrar la palma de las manos ante las cámaras para demostrar que no robaron nada de la millonada de fondos que manejaron, el chiste es demostrar con facturas los gastos realizados y de donde salen los fondos para construir casas hasta para los suegros.
Esperamos una seria reflexión y dejemos de molestar con majaderías infantiles al Estado nacional, es suficiente con las pataletas del Gobierno. XXX

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