LA VIDA POR LOS DEMÁS - Federico Escobar Alvarez

El resultado de una huelga de hambre es la muerte, las bajas médicas son moda boliviana, por su final es respetada esa medida. Para el 40% de la población Evo Morales no es santo de devoción, pero la hidalguía obliga a reconocer una acción del Presidente. No hay mayor muestra de amor que dar la vida por los amigos, Juan 15:13, es la sublime prueba de servicio a los demás. Es la característica de un buen líder. Reconocemos que el Presidente de los bolivianos sabe de estrategias, en Jueves Santo día del amor y servicio, se declaró en huelga de hambre por algo que él cree será de beneficio para una mayoría, entregando su vida por un ideal. Una maniobra acertada, difícil de asumir por muchos a quienes solo importa cuidar sus intereses económicos y políticos sin interesarles el bienestar de todos.
Debemos reconocer que supo perder algunas posiciones con tal de lograr su objetivo: Elecciones en diciembre de este año. Lo demás era negociable. Sin mucho alarde cumplió cinco días privándose de alimentos, utilizando el instrumento de la no violencia, sin perjudicar a sus semejantes con bloqueos, tomas o cercos. Dio ejemplo de coherencia a seguidores y opositores.
Como Jefe de Estado y como líder sindical asumió la responsabilidad de ofrendar su vida por los demás. Qué gran diferencia con algunos de sus ministros y seguidores. Varios de ellos envueltos en corrupción y contrabando, claro que no todos, sobresalen los peores, por su interés personal en continuar en el poder. Allegados a Evo que defraudaron su confianza incurriendo en fraudes y corrupción nunca antes conocido. Es cierto que todos tenemos nuestros pecados, pero cuando se ocupan sitios de poder y confianza de un Presidente que se esfuerza por ser honesto, lo mínimo exigido a sus seguidores será la honestidad.
En otros departamentos hubieron también personas que se adhirieron a la Huelga de hambre del Presidente pero solo fue por aparentar “fidelidad” al jefe, es decir por “llunk’us”, no tanto por convicción, revisemos cómo la pasaron en la huelga de hambre que vivieron en Cochabamba, respetando a los auténticos huelguistas.
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