domingo, 5 de julio de 2009

TIENE LA CULPA - Federico Escobar Alvarez

“La mujer que me diste”, fue y es la excusa de los humanos desde los orígenes. Cometieron el crimen pero exigen una “investigación seria”, su conciencia dice que disparó el arma, pero exige que se le realice la prueba del guantelete, el infiel, al ser descubierto, expresa justificativos para negar su pecado. Si no tenemos la valentía de reconocer nuestros pecados entonces no los cometamos, especialmente si militan en el partido oficial de Gobierno.
“La CIA tiene la culpa”. Sabemos que los agentes de inteligencia del gobierno norteamericano están metidos en todas las organizaciones, muchas acciones políticas son manipuladas por ellos, derrocaron gobiernos democráticos como en el caso de Allende, en Chile, pero de ahí a que sean culpables de la corrupción de funcionarios de Yacimientos dista mucho. Si la persona es íntegra no caerá en la tentación de la corrupción, pero si viene con una cola larga en la que tiene visos de corrupción, visas, coimas, y una sarta de cohechos, entonces la figura cambia y solo la persona es la única responsable por sus actos.
La “serpiente” tienta, pero es noble reconocer el pecado, confesarlo y pedir perdón a la sociedad y cumplir la condena sin buscar excusas para justificar acciones criminales. Tampoco es lícito entrar en la utilización de eufemismos como “no son delitos, sino errores” que utilizó algún gobierno, ahora el Gobierno, le está echando la culpa a la CIA, porque hay corrupción. Debe explicar con valentía y pundonor, como el caso de los camiones con contrabando por Pando, los causantes del enfrentamiento en Porvenir, la invasión domiciliaria y por uniformados enmascarados a tempranas horas de la madrugada para apresar a los opositores al Gobierno, es solo por citar algunos hechos a los que tendríamos que añadir la masacre de policías en Epizana, suceso aun no esclarecido por estar vinculado con una nebulosa del narcotráfico pero por ciertos vínculos con altos funcionarios del Gobierno no se esclarecen y mas bien los responsables son premiados, las muertes en diferentes lugares y otros casos. Es de valientes confesar y reconocer el delito, sin buscar justificativos.
En el caso de Santos Ramírez, sería bueno investigar de donde tiene tanta plata si un maestro rural de primera categoría apenas gana para subsistir mensualmente. La riqueza es fruto, en la mayoría de los políticos, del cohecho. Si no puede demostrar la procedencia de su fortuna la culpabilidad es solo de él y no así de la serpiente o “la mujer que me diste”.
Es tiempo de Cuaresma, momento de revisar nuestra vida, somos pecadores, reconozcamos el delito y pidamos perdón a nuestros semejantes a quienes dañamos y solicitemos el perdón de nuestro Creador, sin escapar de la responsabilidad.
Muchos afirman que la política no es afín con la sinceridad, pero en el proceso de cambio, demuestren que el “no ser mentiroso” puede convivir con la política aunque su popularidad se vea disminuida. XXX

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