domingo, 5 de julio de 2009

PERDIMOS EL RUMBO - Federico Escobar Alvarez

La violencia como una de las expresiones en el accionar de las organizaciones sociales, especialmente campesinas, esta llegando a una especie de acostumbramiento en la sociedad, lo que no debemos permitir bajo ninguna circunstancia. A lo largo de estos tres últimos años nadie acata las disposiciones legales, desde los gobernantes hasta el último ciudadano, desobedecemos las leyes, inclusive las disposiciones de la flamante Constitución, esa desobediencia tácita es por las inconsistencias ideológicas y la falta de coherencia militante, se agarran de la forma y no así del fondo, como en el caso de la Wiphala y su iza a la par de nuestra Sagrada Tricolor. Existe demasiada venganza en el accionar de los originarios aimaras como en el caso de la agresión a la familia del ex Vicepresidente Cárdenas, como también a la diputada masista disidente Marlene Paredes, en ambos casos, con agresiones cobardes a mujeres y niños, lo que raya en la bestialidad, sentando precedentes de ignorancia y conculcación de derechos elementales humanos. Castigan al denunciante y premian al denunciado. La apología de la desobediencia es práctica oficial. Situación por demás absurda en un proceso de cambio democrático. Parecemos un país de “al revés”.
El Gobierno anda totalmente despistado, justificando la irracionalidad, realiza sahumerios religiosos, Kohando, en Palacio Quemado, en un país laico, dentro los parámetros de una nueva religión andina que el Vicepresidente tolera por folklorista y no por convicción. Desconocen los principios del socialismo quedándose en el populismo melgarejista, ni siquiera la de Barrientos. Por donde miremos abundan las amenazas y ejecuciones de bloqueos, marchas, toma de propiedades, exigencias, dando la impresión de haber perdido la esencia misma del respeto a los derechos del otro, a la decencia humana. Están a tiempo para enmendar sus errores como gobernantes y sus allegados, erradiquen la corrupción, entiendan lo que es revolución. Una cosa es respetar las investiduras y otra muy diferente el servilismo que demuestran muchas autoridades masistas que en lugar de trabajar por la gente lo hacen simplemente por quedar bien ante el Presidente. XXX

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